Los siguientes pasajes han sido recogidos de “La Biblia de Satán”, un libro escrito durante los años sesenta por Antón La Vey, uno de los más conocidos Satanistas de la historia, y al que le gustaba que le llamaran “El Papa negro” (Por cierto, el tipo murió el día de Halloween)
Curiosos, pero ya algo ingenuos textos esotéricos, imprescindibles para todo amante de la literatura fantástica de Lovecraft y su circulo de Cthulhu.
Y recordad, como ya dije el año pasado con el Conjuro para un pacto con Lucifer: “No lo leáis en voz alta”.
EL LIBRO DE LEVIATÁN
A pesar de todas las protestas, el alcanzar un alto
grado de éxtasis emocional o de arrebatos horrorosos
de angustia, puede obtenerse a través de la
comunicación verbal. Si la ceremonia mágica requiere
que emplees toda tu conciencia sensorial, entonces
deben invocarse los sonidos y palabras apropiadas.
Es muy cierto que .las acciones dicen más que las
palabras., pero las palabras se convierten en
monumentos para los pensamientos.
Tal vez el legado más notable en los conjuros
mágicos impresos del pasado es la falta de emoción
desarrollada al recitarlos. Un viejo hechicero,
conocido del autor, mientras realizaba un conjuro
hecho por él mismo, de gran importancia personal a
la luz de sus deseos mágicos, se quedó corto de
palabras momentos antes que su ritual terminara con
éxito. Consciente de la necesidad de seguir generando
una respuesta emocional, rápidamente se aferró de las
primeras palabras emotivas que se le vinieron a la
mente .¡unos cuantos versos de un poema de
Rudyard Kipling! ¡De esta manera con esta explosión
final de gloria y adrenalina, fue capaz de finalizar un
ritual efectivo!.
Las invocaciones que siguen a continuación están
diseñadas para servir como proclamaciones de
certeza, no como suplicas desesperadas. Por esta
razón están vacías de caridad y temor. Leviatán, el
gran dragón del abismo de las aguas ruge en el mar
de ira, y estas invocaciones son sus tribunales.
INVOCACIÓN
A
SATAN
In nomine Dei nostri Satanas Luciferi excelsi!
¡En el nombre de Satán, Señor de la Tierra, Rey
del Mundo, ordeno a las fuerzas de la Oscuridad que
viertan sobre Mí su poder Infernal!
¡Abran de par en par las Puertas del Infierno y
salgan del Abismo para saludarme como su hermano
y amigo!
¡Concededme las indulgencias de las que hablo!
¡He tomado vuestros nombres como míos! ¡Vivo
como las bestias del campo, regocijándome en la vida
carnal! ¡Favorezco al justo y maldigo lo podrido!
¡Por todos los Dioses del Averno, ordeno que todo
lo que diga suceda!
¡Avanzad y responded a vuestros nombres
manifestando mis deseos!
¡OH, ESCUCHAD LOS NOMBRES!
Abadón, Adramelec, Ahpuch, Arimán, Amon, Asmodeo, Astarot, Azazel, Bafomet, Beelzebub, Dagón, Damballa, Drácula, Ishtar, Kali, Lilith, Loki, Mammon.
INVOCACIÓN EMPLEADA
PARA UN CONJURO DE DESTRUCCIÓN
MIRAD! Las poderosas voces de mi venganza
atraviesan la quietud del aire y permanecen
como monolitos de ira sobre una llanura de serpientes
agitadas. Me convierto en una máquina monstruosa
de aniquilación para descomponer el cuerpo de quien
me ha ofendido.
No me arrepiente el hecho de que mi llamado
cabalgue los huracanes que multiplicarán el aguijón
de mi amargura. Y grandes formas negras y viscosas
surgirán de de los pozos más profundos y vomitarán
su pustulencia en su cerebro.
Llamo a los mensajeros de la ruina para que
hieran con siniestro deleite esta víctima que he
escogido. Silenciosa es esa ave que se alimenta de la
pulpa del cerebro de quien me ha atormentado, y la
agonía que tendrá lugar se alimentará a sí misma en
temblores de dolor, solo para que sirva como señal de
advertencia a aquellos que quisieran herirme.
¡Oh, vengan, en nombre de Abaddón y destruyan a
aquél cuyo nombre doy como señal!.
¡Oh grandes hermanos de la noche, que hacen mi
lugar de descanso, que cabalgan sobre los ardientes
vientos del infierno, que habitan en la morada del
Diablo; Muévanse y aparezcan! ¡Preséntense a aquél
que sostiene la podredumbre de la mente que mueve
la asquerosa boca que se mofa de lo justo y lo fuerte!
Desgarren esa lengua y cierren su garganta. ¡Oh Kali!
Penetra sus pulmones con aguijones de escorpiones.
¡Oh Sekhmet! Arroja su sustancia al lúgubre abismo.
¡Oh poderoso Dagón!
¡Clavo la bífida púa del infierno en su carne, y mi
sacrificio de venganza yace maravillosamente
empalado!
¡Shemhamforash! ¡Hail Satan!